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Señoras, tengo una broma encantadora para ustedes. Había una vez un tambor que vivía en Budéjovice, se casó ¡y murió en menos de un año! ¿No es precioso? Señora, ¡qué niño tan dulce tiene! Mira, lo que te ha traído el tío. ¡Boodlicky, boodlicky, boodlicky! ¡Quiero un coñac! ¿Dónde está? Ven aquí, ven aquí, ven. Vamos, túmbese tranquilamente, ¡o tendré que darle una bofetada! Eres un buen chico. Tendré que casarte con mi hermana. Capellán, ¿me oye? ¿Eres tú, Švejk? ¿Dónde estoy? Parece como si le hubieran dado una paliza. Ayer, perdí todo mi dinero. Incluyéndote a ti, Švejk. ¡Te he perdido en las cartas, Švejk! Te he arrojado a las garras del teniente Lukáš. No es el fin del mundo. En unos días tendremos dinero de alguna manera. ¡Oh no, imposible, imposible! Ya sabes, deudas a las cartas son deudas de honor. Y yo soy un oficial. ¡Atención! ¡Retírese! ¡Jesucristo! Jesús. ¡Le informo, señor, que estoy aquí! ¡Date la vuelta! -¿Algo más, señor? -¡Alto! Bueno, finalmente te ves casi como un soldado. ¿Le han suministrado un abrigo? Con permiso, mi teniente, sí. Una advertencia, soy muy estricto. ¿Sabes siquiera lo que es un ordenanza? Un ordenanza es el sirviente de un oficial, limpiabotas y limpiapipas. Si digo: “¡Salta al fuego!”, al fuego tienes que saltar, aunque no te guste. ¿Qué estás mirando? A sus órdenes, señor, ¡Es un hermoso canario! -¿Te gustan los animales? -Son los perros lo que más me gusta, señor. -Si quiere que. -Me gustan los perros, como compañeros. -Una vez tuve un grifón. -El grifón es un perro muy bueno. No gusta a todos, eso es cierto, porque tiene un bigote tan duro que parece un preso liberado, ¡pero es tan feo que es hermoso! Bueno, cuando tengas la oportunidad, traeme un perro. Dame mi espada. Y recuerda: Me encanta que todo esté limpio y ordenado. Y no soporto las mentiras. Amo la honestidad y odio las mentiras. Mentiras que castigo sin piedad. ¿Entendido? Le informo, señor, que entiendo. No hay nada peor que un mentiroso. Y en cuanto a la honestidad, no hay nada más bonito, porque con honestidad se llega a los sitios. Por ejemplo, un concurso de marcha.