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Ha subido la renta de los arrendatarios. Debemos aceptar que el mundo está en nuestra contra y que no hay esperanza. Cuando la carpa de mi madre se reducía a cenizas, se construía una de piedra. Ella tenía un ejército. Un reino a sus pies. Tú no puedes ni pagar el alquiler. Colón me enseñó un truco. Cuando los marineros de sus barcos encaraban tormentas, juntaban las manos, y los tatuajes de sus dedos decían: “Ya basta”. Eso los ayudó a encontrar el nuevo mundo. Encontraré mi nuevo mundo, Maggie. Y tú debes encontrar el tuyo. Traza un camino. Y dirígete a él. Gracias por compartir tu cuarto. Qué vestido más bonito. Es para mi boda. Buenas noches. “Querido Harry, aunque no sé nada de ti. creo profundamente en mi. en nuestro amor. Creo que nací para amarte. Como el sol existe para brillar sobre las rosas del jardín. Tú eres mi destino y no renunciaré a ti. Vuelve a mí, desde donde quiera que estés”. Donde sea. Harry, mi querido príncipe, estoy a oscuras si me alejo de ti. Me marchito en tu ausencia y mi corazón se seca. Un instante es una eternidad. Harry. ¿Dónde te habías metido? Te necesito. Yo también te necesito. Quédate conmigo. Ninguna orden del rey ni nada me alejará de ti, Catalina. Solo la corona. Por eso prescindiría del amor. ¿Harry? Un rey puede jugar con el amor, pero no construir su reino con él. Mira. Ella es la princesa Leonor. Es mi esposa. Dará a luz a mis hijos. Y construiré mi reino. Tú has quemado mis cartas. Así que yo quemo las tuyas. Sin ti estoy perdida. Entonces necesitas esto. ¿Es de Harry? De tu padre. Tengo una última jugada. A mi hija, Catalina, te escribo noticias tan tristes que casi no puedo ni decirlas. El marido de tu hermana, Felipe, a quien todos queríamos tuvo fiebre y ha muerto. Tu hermana es débil de mente y difunde la calumnia de que yo ordené envenenarlo porque quería volver a ganar poder en España. Juana ha intentado gobernar sola, pero la pena la enloquece. Ha llegado a tal demencia que he tenido que encerrarla en el convento de Santa Clara. Me temo que no recuperará la sensatez. La responsabilidad del reino recae en mí, y ahora gobierno el Imperio español.

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