Radio Mensajera de Paz Escucha en vivo

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Oh, ya me llevo bien con usted. Solo voy a hablar con Sonny, será solo un momento. Sonny. Hola Jack. ¿Qué tal va todo? Bueno, estaba trabajando en el tractor de Miller, pero esta señora está siendo muy persistente. No me digas. Gran error. La razón por la que los asesinos en serie. . pueden campar a sus anchas por nuestro país, . es que no hay ninguna conexión entre ellos y sus víctimas. Así que, acaba de cometer un gran error. . dejando que Sonny nos viese a los dos juntos. Sabe, honestamente, tengo cosas más importantes que hacer con mi vida. . que perder el tiempo con esta . ¡Usted dijo que él era muy bueno! Sí, bueno, estoy seguro de que Sonny solo estaba. . distraído por su maldito parloteo. Ahora tengo que irme, tengo una cita. Cita, ¿qué cita? Ese no es su maldito asunto, ¿no es así? No irá simplemente a dejarme aquí. De hecho sí, eso es más o menos lo que estaba pensando. Estoy seguro de que habrá otro asesino en serie que pase por aquí. . y pueda llevarla de vuelta al taller de Sonny. Es decir, a menos que decida matarla primero. ¿Incluso si me pusiera a rogarle que me llevara de vuelta? ¿Solo una última vez? ¿Por favor? Sabe, me retracto de todo. Lo que dije antes sobre que parecía un asesino en serie. No, no, no, usted no tiene la aptitud. . para ese tipo de cosas. Usted es con creces demasiado pelele para matar a nadie. ¡Cielo santo, eres un hombre peligroso! ¡La golpeaste con un gato! ¿Verdad? Honestamente, he oído de más asesinatos. . de los que puedo contar. Y por cierto, ¿qué tiene ese hombre ridí. . que ver con lo que sea? Es Glenn Gould, uno de los más grandes pianistas de nuestro tiempo. Él representa el arte. Así que ese gato en la cara. . de una mujer ciertamente insoportable, fue una obra de arte. ¿Es eso lo que debo entender? Querido señor Verge, deme por favor deme una oportunidad. . de arrojar un extra de luz en la historia del gato. Las viejas catedrales tienen a menudo sublimes obras de arte escondidas. . en los rincones más oscuros, para que solo Dios las vea, o como quiera que a uno le apetezca llamar.

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